jueves, 12 de diciembre de 2019



La tercera jornada del juicio contra los militantes populares que participaron de la manifestación contra la Reforma Previsional, transcurrió con una lentitud tan difícil de explicar como el proceso mismo. Se esperaba que declarara uno de los imputados, Daniel Ruiz, del PSTU, pero el juez postergó su pedido para la próxima audiencia.(Por El Diario del Juicio*)

📝Texto 👉 Andrés Masotto (Radio Presente)

 Foto de Portada:Mario Villarreal junto a Daniel Ruiz, y César Arakaki junto a Claudia Ferrero y Martín Alderete. 


El clima fuera de la sala -una diferente a la anterior: esta vez la Sala F del 7° piso- es de expectativa. La veintena de personas que llegaron hasta Comodro Py para acompañar a César Arakaki y Daniel Ruiz en la tercera audiencia de un juicio que no se termina de comprender, conversa y despliega ideas sobre qué puede llegar a pasar en la continuidad (o no) del proceso.

No es una audiencia más: un día después asumirá el nuevo gobierno y son muchos los que piensan, aunque sin perder cierto escepticismo, que el traspaso de mando podría -o debería- traer la absolución a Arakaki y Ruiz en el bolsillo.

El suspenso que se eleva por la sala es alimentado por otra vertiente: el Ministerio Público Fiscal, en la voz de Juan Patricio García Alorrio, debe responder hoy a los pedidos de nulidad solicitados por las defensas de ambos imputados. Pero antes, el juez Javier Feliciano Ríos comenta que Daniel Ruiz ingresó un escrito solicitando viajar la semana siguiente a Comodoro Rivadavia, su lugar de residencia, para la graduación de su hija, y también pidió ampliar su declaración indagatoria amparándose en que toda su declaración fue tomada en un contexto de encierro, en un penal de máxima seguridad, con todo lo que eso implica. El permiso para el viaje es concedido sin inconvenientes; la segunda solicitud, la ampliación de la indagatoria, deberá aguardar resolución.

Es momento de que la fiscalía responda los pedidos de nulidad: la esperanza de una recepción favorable se nota en el público y agrega aún más suspenso a la escena. El relato del fiscal, pausado e interrumpido con períodos de silencio, colabora a sostener este ambiente.

García Alorrio, en un lenguaje muy técnico, advierte que la interpretación de las defensas de las anomalías del pedido de elevación a juicio es forzada y requieren lograr un detalle en la descripción de los hechos difícil de lograr; la fiscalía considera que la instrucción y la redacción del texto son correctas y permitieron ampliamente la preparación de la defensa técnica y material. Repetidas veces sostiene que los eventos que están en juicio deberán resolverse con la participación de todas las partes, ya que “el debate tiene como fin saber si el comportamiento de los imputados estuvo ajustado a derecho o no”.

El policía acusador, Braian Escobar, presente esta vez, flanqueado por su equipo de abogados, presencia la sesión cruzado de brazos, impávido. Alrededor de treinta minutos después de haber comenzado a compartir la respuesta de la fiscalía, García Alorrio cierra sosteniendo que, además de lo anteriormente expuesto, con el escrito presentado por Daniel Ruiz queda claro que el acusado comprende y tiene pleno conocimiento de los delitos que se le imputan.

Finalizada la disertación del fiscal, Feliciano Ríos se apura a llamar a un cuarto intermedio hasta el lunes siguiente. Daniel Ruiz toma el micrófono y exige poder declarar ahora mismo. Dice que el lunes siguiente, como confirmó el mismo Ríos, estará en Comodoro, y quiere dar su versión de los hechos fuera del penal donde pasó un año y un mes. Hasta la persona menos atenta al desarrollo de esta audiencia podría darse cuenta de que Daniel, realmente, quiere ampliar su declaración: es evidente que tiene algo para decir. Feliciano Ríos, algo impaciente, le pide que tenga paciencia porque ahora deberá procesar la respuesta de la fiscalía y, durante la semana, definir cómo continúa el juicio (e incluso si continúa). También agrega que, la próxima vez, sean sus abogados quienes se expresen, que para algo están ahí.

Fuera de las rejas que bordean el imponente edificio de Comodoro Py, Daniel Ruiz toma el megáfono y narra la sesión para los compañeros y compañeras que no pudieron ingresar. Se lo nota confiado y, una vez apagado el megáfono, sentencia, muy seguro: “esta fue la última audiencia, si el juez me dejo ir a Comodoro, es porque ya está”. Pero nadie entiende bien si es así. Simplemente porque el juicio no se comprende.





*Este diario del juicio contra dos militantes que participaron de las manifestaciones en contra de la Reforma Previsional, en diciembre del año 2017, es una herramienta de difusión llevada adelante por integrantes de La Retaguardia y Radio Presente. Tiene la finalidad de difundir este debate oral y público sobre los hechos de aquellos días, en los que la represión fue feroz, pero se juzga a quienes protestaron. Agradecemos todo tipo de difusión y reenvío, de modo totalmente libre, citando la fuente. Seguimos en https://juicio18D.blogspot.com 

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